Aula Cocina Jesús Sánchez

LOS CHAPULINES

Me vais a permitir hoy un relato gastronómico va a ser una confesión de una mezcla divertida de ignorancia y atrevimiento, por mi parte por supuesto, líbreme nadie de la sátira , ni la crítica personalizada.
Vayamos por la primera confesión.. "me encanta la comida mexicana.." ojo la buena comida mexicana, más allá de la tex-mex que es aquella que normalmente tenemos al alcance.
Aquí en Cantabria, por ejemplo, disfruto de varios restaurantes, concretamente en Liérganes hay uno donde ejerce Mario, un cocinero mexicano forjado en grandes y estupendos hoteles de su país que se trabaja una cocina con la que logra , en muchos casos, unos resultados excelentes tanto en la calidad como la variedad y autenticidad.
Vamos con la segunda confesión… mi ignorancia.

Hace unos domingos nos fuimos a cenar a este restaurante “el bigote mexicano” con mi señora y las niñas. Es de rigor el paso por la cocina y a través de la ventana, saludar a Mario, atareadísimo como siempre y con la máquina de tortillas a pleno rendimiento. Como él sabe que me encanta dejarme aconsejar.. Mario me sugirió que le habían llegado unos “chapulines” y que me los preparaba con guacamole y nachos. Lógicamente si alguien, y más aun un colega, te invita a que degustes una especialidad es imposible negarte.

Recuerdo que esta segunda confesión es de ignorancia y es que yo no tenía ni idea de que era eso de “Chapulines”, supongo que algún conocedor ya se está partiendo de risa.
En fin… que nos fuimos los cuatro para la mesa para completar “la orden” que es como en México llaman a la comanda o al pedido.. Al rato salen los chapulines que no son ni más ni menos que pequeños saltamontes rojos fritos. Estos iban servidos con un fondo de guacamole y unos nachos. Las miradas de mis tres acompañantes se dirigieron a mí con una sonrisa y algo que me decía que ellas no iban a probar tan apetitoso manjar. Tras las risas, gestos y desprecios.. eso no podía quedar así… se supone que lo que yo tenía que hacer era probar, esos bichitos que tenían una apariencia tan … bueno dejémoslo en distinta. Hice acopio de gallardía y me lance al plato con arrojo y decisión llevando un primer envite a mi boca. Crujientes ummm sabrosos, de vez en cuando una nota de cilantro… en serio confieso que me gustos porque hasta repetí en dos o tres ocasiones más ante el asombro de mis chicas y confieso… que el mío propio.